Mientras el resto de Estados Unidos reporta una disminución general en los crímenes de odio, las agresiones contra la comunidad judía continúan en ascenso. Y Chicago se ha convertido en un caso emblemático de esta preocupante tendencia.
Según un informe presentado por la Comisión de Relaciones Humanas de Chicago, los crímenes de odio antisemitas aumentaron un 58% en 2024, alcanzando 79 incidentes frente a los 50 registrados el año anterior.
Este salto se da en un contexto de descenso generalizado: los crímenes de odio en la ciudad cayeron un 25% en términos generales, con reducciones notables en casi todas las categorías.
La excepción más destacada: los ataques contra judíos, que ahora representan el 37,6% del total de crímenes de odio reportados en la ciudad, pese a que la comunidad judía constituye apenas el 3% de la población local.
El informe municipal detalla que de los 79 crímenes de odio antisemitas, un 8% correspondió a agresiones físicas, un 5% a ataques con lesiones y un 47% a daños criminales, como vandalismo de sinagogas o negocios judíos.
En 2024, los judíos fueron el grupo más atacado por crímenes de odio en Chicago, superando a los afroamericanos (33 incidentes, frente a 76 el año anterior) y a la comunidad gay masculina (45 casos, frente a 36 en 2023). Los crímenes de odio contra musulmanes (6) y contra personas de origen árabe (5) mostraron cifras considerablemente menores.
Desde la alcaldía, el despacho de Brandon Johnson, un demócrata vinculado con el ala más izquierdista del partido, reconoció que el aumento del antisemitismo es “especialmente preocupante”. Sin embargo, eligió destacar primero los ataques contra homosexuales, lo que ha generado críticas por minimizar una tendencia aún más grave en términos absolutos.
| La Derecha Diario
Johnson, quien en enero de 2024 votó a favor de una resolución municipal exigiendo un alto el fuego en Gaza —rompiendo un empate en el Concejo—, ha sido fuertemente cuestionado por la comunidad judía local por sus posturas públicas.
En abril, la Chicago Jewish Alliance calificó de “indignante” que el alcalde posara con un pañuelo keffiyeh, símbolo habitual en protestas antiisraelíes.
El Consulado de Israel en el Medio Oeste expresó en agosto su “profunda decepción” por el “apoyo continuo” de Johnson a manifestaciones contra Israel, y en octubre calificó de “incomprensible” que la presidenta del Consejo de Educación de la ciudad —designada por el alcalde— hubiera publicado contenido antisemita y a favor de Hamas.
En un país donde el antisemitismo vuelve a abrir heridas históricas, Chicago se convierte en una advertencia. La tolerancia institucional, o incluso el silencio, puede ser el caldo de cultivo para que el odio se normalice.