MENDOZA, Enviada Especial.- Ante un auditorio ansioso por encontrar pistas sobre cuándo será el momento en el que el Gobierno decida levantar definitivamente las restricciones bancarias, el vicepresidente del Banco Central Vladimir Werning repasó los números de la gestión actual, pidió «paciencia» y aseguró: «No estamos enamorados del cepo. Estamos enamorados de nuestras mujeres pero del cepo hubiéramos querido haber salido ayer».
El funcionario llevó para el cierre de la primera jornada de la 45° Convención anual del IAEF una de sus habituales presentaciones «técnicas», en la que enumeró las medidas que llevó adelante el BCRA en coordinación con el Ministerio de Economía y aseguró: «El trabajo que se está haciendo para construir las bases de una competencia de monedas pasa, no sólo por la regulación externa y quitar el cepo como si fuese una curita. Sino, más bien, tiene que ver con una maraña kafkiana de regulaciones domésticas que, si uno no la quita después, no obtiene el cambio que busca en la economía».
Werning repasó el punto de partida y aseguró: «El Banco Central tiene un mandato, uno conoce mandato de estabilidad de precios, pero el mandato de estabilidad del sistema financiero es uno que muchas veces pasa desapercibido».
En esa línea puso el ojo en el trabajo de relojería que el Central tuvo que realizar para desarmar un sistema financiero diseñado para prestarle al Estado a otro que apunta a dar crédito al sector productivo. «No es algo que se hace de la noche a la mañana», dijo y detalló: «Cuando hay un cambio de régimen económico tan fuerte como estamos experimentando, y las reglas del juego se reconfiguran, las relaciones financieras cambian, los precios cambian, la tasa de interés cambia… Es un contexto sumamente complicado».
El economista recalcó la «prudencia» con la que trabaja el equipo económico y dijo: «Creemos que este cambio del régimen económico requiere estar a la altura de las responsabilidades y mandar la estabilidad financiera. Hay muchas capas de regulación en las cuales nosotros estamos trabajando».
En varios puntos de su presentación Werning hizo hincapié en que «el mercado cambiario es la contracara del mercado doméstico. Son dos caras de la misma moneda». Con la mirada en el frente externo, el funcionario aseguró que el «ancla fiscal» es la que permite tener tranquilidad respecto a los futuros vencimientos de deuda: «Hay una enorme liquidez del sistema y del Tesoro, como nunca hubo. A futuro, cuando vengan los vencimiento de deudas, el Tesoro con pesos genuinos, va a poder comprar dólares».
En ese sentido, dijo: «Falta para enero, tenemos reservas, falta para julio, tenemos los dólares, por eso ofrecemos los dólares al sistema productivo«. De esta manera, buscó zanjar las inquietudes crecientes en el mercado sobre el nivel de reservas y la caída en la capacidad «compradora» del BCRA en el mercado de cambios, justo en un momento del año que resulta ser negativo estacionalmente y cuando se «normalizó al 100%» el pago de importaciones. «Nos sentimos cómodos, no necesitamos reaccionar de manera nerviosa a lo que los mercados dicen o quieren, sino a los fundamentos de la hoja de ruta que nos trazamos y de la cual no estamos sensiblemente desviados», remarcó
En cuanto al sistema doméstico, el economista celebró el escenario de desinflación y de recuperación de,la actividad. Además, en línea con lo que había dicho Luis Caputo este jueves, destacó la recuperación del crédito al sector privado, al mismo tiempo que ponderó que las tasas de referencia de la economía vuelven a ser positivas para ahorristas e inversores.
«Si hubiéramos levantado el cepo de inmediato, ¿a cuánto se iban las tasas?, fuimos construyendo credibilidad fiscal, cambiaria, monetaria, dimos tiempo para construir credibilidad. La única manera de sostener confianza eran las tasas positivas; bueno, ahí están, esa es la virtud de la paciencia que le pedimos a las empresas», dijo.