Reglas claras, disponibilidad de divisas y una justicia independiente que funcione, son el corazón de cualquier biblia de inversores. Y lo sabe bien Giorgio Alliata di Montereale, empresario siderúrgico, presidente de la Cámara de Comercio Italiana y de la Eurocámara, que cobija a todas las compañías europeas que operan en el país.
Sostiene que en Argentina hay cabida para un sinfín de proyectos. Y en eso está: después de un seminario en Milán con 190 compañías italianas trae el próximo octubre a Neuquén otro tanto para las oportunidades que no se agotan en Vaca Muerta.
En un mundo sumido entre la guerra de Ucrania y Medio Oriente, Alliata reflexiona que los cambios en lo geopolítico son de “los más grandes que quizás hemos visto en nuestra vida. La guerra en Ucrania ha empujado la desglobalización, una tendencia que ya estaba en movimiento. Hay entonces una reconfiguración de alianzas, de cadenas productivas y divisiones regionales. Existe una vuelta a casa por parte de industrias que se habían localizado en China. México se está convirtiendo en el taller de EE.UU. Y Argentina puede ser parte del friend shoring, del país amigable y confiable donde se puede producir”.
Afirma que “Argentina está en las mejores condiciones desde el punto geopolítico de los últimos 100 años para atraer inversiones, por los recursos naturales, su capital humano y sus valores. Es un momento que tiene que ser aprovechado, esto no sucede siempre, el mundo es extremadamente dinámico. Hay que subirse hoy al tren”.
Desde su punto de vista, Europa está mirando hacia el Atlántico y hacia las Américas y por su visión democrática quiere asociarse con países con los cuales puede compartir esos valores.
“Cuando hablamos de valores democráticos no son solamente los ligados al sistema político, de elecciones, es también el respeto de las minorías, la diversidad, medio ambiente, de la fuerza de trabajo, esos son aspectos que para Europa son clave”.
La misión italiana que llega a fines de octubre observa que Vaca Muerta es la segunda reserva mundial de gas y la cuarta de petróleo.
“El consumo energético en el mundo está creciendo, se estima que para 2050 la necesidad de energía aumentará 50%. En el caso de las renovables, en lo eólico, la carga que se puede alcanzar en la Argentina en la Patagonia supera 60% y en Europa en el Mar del Norte lo máximo es 34%. Es una gran ventaja. Argentina también tiene todas las tierras raras, los minerales especiales que se necesitan. Y en cuanto al litio, hay nuevos métodos europeos como la extracción directa para evitar la extracción por evaporación que puede causar algunos pequeños desbalances en la parte hídrica”, amplía el presidente de la Eurocámara.
Entre sus obsesiones está la de ganar competitividad para lo que hace falta repensar la legislación laboral, reducir y simplificar la carga tributaria y que haya crédito.
–¿Se puede reflotar el acuerdo Unión Europea Mercosur?
-Argentina tiene que mirar el Mercosur. Uno de los motivos del fracaso con la Comunidad Europea es porque hay mucha disimilitud en el Mercosur, hay dos grandes países y dos países que no tiene producción industrial empezando por Uruguay y Paraguay. En ese proceso de transición hay que aplicar una serie de medidas amortiguadoras para permitir que las empresas sean más productivas y competitivas. Estamos convencidos que eventualmente se aplicará este acuerdo. Quizás no sea el más completo, quizás queden afuera algunas cosas a negociar, tal vez habrá que extender tiempos. Pero esa es la dirección lógica.
-Hay un desbalance entre las materias primas que exporta el Mercosur y la tecnología que se trae de Europa…
-El 90% de las exportaciones europeas al Mercosur son tecnologías, pero sirven para producir y pueden agregar un valor altísimo a las exportaciones del Mercosur. Europa tiene necesidad de reconfigurar sus cadenas de aprovisionamiento en energía y alimentos. Y nosotros los tenemos. Insisto: hay que subirse hoy al tren.