El pasado 24 de marzo, el gobierno difundió un video oficial en la que fiel a su discurso, negacionista, hablaba de la “memoria completa”, un slogan para volver a colocar la “idea de los dos demonios”, algo que toda nuestra historia no solo descarto, sino que argumento explícitamente en los juicios a la Junta y demás militares que hoy llegan a casi 1500. Desde una plaza completa y masiva, exigimos en el acto unitario la apertura de todos los archivos militares, queremos saber dónde están nuestros desaparecidos. El gobierno ha anunciado la desclasificación de archivos relacionados con el nazismo en Argentina, presentándolo como un acto de transparencia y compromiso con la verdad histórica. Y después en sus anuncios hablo de desclasificación total. Sin embargo, esta medida suscita interrogantes profundas cuando proviene de un gobierno que simultáneamente minimiza los crímenes de la última dictadura militar y mantiene una postura sionista acrítica.
Negacionismo y doble discurso
Durante el último debate presidencial, Milei afirmó que “no fueron 30.000 los desaparecidos, sino 8.753”, abrazando la teoría de los dos demonios al equiparar la violencia estatal con la de organizaciones armadas de los años ’70. Este revisionismo histórico ha sido repudiado por organismos de derechos humanos y amplios sectores de la sociedad. En igual sentido ha ido con cada mensaje sobre el tema desde la página oficial. ¿Cómo puede un gobierno que relativiza el terrorismo de Estado pretender erigirse como paladín de la verdad histórica en otros ámbitos? Mucho mas esgrimiendo la necesidad de la verdad. Usando las palabras verdad y justicia, tan asociadas a nuestras consignas de Memoria, verdad y justicia. Lo que constituye una nueva provocación de Milei en su sentido negacionista.
Manipulación de la memoria colectiva
La desclasificación de archivos nazis podría ser una maniobra para desviar la atención de las políticas negacionistas del gobierno actual. Mientras se proyecta una imagen de compromiso con “la justicia internacional”. En su anuncio habla de desclasificación total, pero puertas adentro se desmantelan políticas de memoria, verdad y justicia, y se cuestiona la cifra de desaparecidos. Como así también se ataca y enuncia desde la voz oficial un discurso falso sobre nuestra memoria, sin argumentos judiciales, históricos, legales, y políticos. Intentando modificaciones sobre hechos y causas juzgadas con fundamentación judicial.
Este doble estándar es inaceptable y debe ser señalado y combatido. Pero por otro lado este anuncio no cambia nada, la desclasificación de archivos nazi fue ordenada hace 15 años, por el decreto 4/2010. Un decreto que sigue en vigencia y que no se ha cumplido en su totalidad pero que ya ordenaba esa desclasificación. Por lo que esta “decisión” del gobierno de Milei, ya fue tomada. Así que no constituye ninguna novedad, y si fuera la desclasificación total, no solo se abordarían los archivos de la SIDE, si no todos los archivos militares.
Solo se usa como cortina de humo frente a las fuertes críticas internacionales que recibe sobre sus políticas contra los derechos humanos y las libertades democráticas. Y a su vez intenta pararse en la otra vereda del fascismo, tratando de quedar bien con su Dios, el sionismo, y el diablo, evadiendo el mote de “fachos” que se han ido ganando.
Sionismo y alineamientos internacionales
La cercanía de Milei con sectores sionistas es evidente. Su reunión con representantes del Centro Simon Wiesenthal y la promesa de abrir archivos para investigar el “oro nazi” en Argentina lo demuestran. Y esa postura concuerda con su silencio ante las políticas represivas del Estado de Israel hacia el pueblo palestino. Repudia y condena los crímenes del nazismo mientras ignora o justifica las violaciones a los derechos humanos en el presente, tanto dentro de nuestro país, como en Palestina. Los que solo se explica porque esta medida como otras son solo para dejar contentos a sus aliados sionistas, y no por el verdadero sentido de justicia ni al búsqueda de la verdad.
Tiempos que quieren borrar nuestra memoria
Hoy en el Calafate, con la ayuda de una retroexcavadora, operarios de la Dirección Nacional de Vialidad derribaron el monumento en homenaje al escritor y periodista Osvaldo Bayer que se encontraba en el puesto policial de Güer Aike, a la vera de la Ruta Nacional 3, a 27 kilómetros de Río Gallegos.
El hecho se produjo un día después de la masiva marcha por el Día de la Memoria y generó el repudio del gobierno provincial, de diferentes ámbitos culturales y sociales de Santa Cruz, donde Bayer era una figura querida y respetada. Además de muchos organismos nacionales de derechos humanos.
La escultura en metal color negro, era acompañado por la frase “Bienvenido, usted está ingresando a la tierra de la Patagonia Rebelde”, en alusión a La Patagonia Rebelde, el film que tuvo a Bayer entre sus guionistas y que se basó en su libro Los vengadores de la Patagonia trágica. El monumento en total tenía cerca de cuatro metros de altura, el autor es el escultor Miguel Gerónimo Villalba, quien tiene dos obras más realizadas en Santa Cruz relacionadas con las Huelgas Rurales de 1921, temática sobre la cual el artista reclama desde hace más de diez años.
Parece que el gobierno de Milei ha descubierto una nueva pasión por la historia, siempre y cuando no se trate de la nuestra. O si se trata de la nuestra, construye versiones paralelas e irreales o destruye símbolos que son parte de nuestra memoria colectiva.
Mientras se afanan en desenterrar verdades ajenas, sepultan las propias bajo un manto de negacionismo y desinformación. Pero no nos engañemos: la memoria no se negocia ni se reescribe al antojo de quienes pretenden blanquear el pasado. La respuesta está en nuestras manos, en las calles, en la unidad más amplia posible. La memoria también se pone a la luz cuando entrelazamos nuestras voces, nuestros cantos, nuestros gritos.
Porque si algo nos ha enseñado la historia es que, cuando el pueblo se une y se moviliza, no hay relato oficial, ni blog, ni discurso mentiroso, que pueda silenciar la verdad o tapar ningún símbolo. Así que, señor Milei, mientras usted juega a ser historiador selectivo, nosotros seguiremos escribiendo la verdadera historia con lucha y resistencia. Una historia que es imborrable.