El Gobierno está preocupado por los cortes de luz masivos que podría haber en el próximo verano y que ya ve como inevitables. Por eso, crece la interna entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, por la supuesta «inacción» del área para reducir esos riesgos.
Fuentes oficiales que conocen desde adentro el funcionamiento del sector energético apuntan que en lo más alto del Gobierno están «buscando el mejor momento político» para pedirle la renuncia a Rodríguez Chirillo, mientras aseguran que ya contactan a posibles reemplazantes.
Los voceros de Economía y Energía consultados, sin embargo, negaron lo que dijo esta fuente oficial y sostuvieron que «es todo falso, nada que ver».
¿Cortes de luz programados?
En el medio, el alerta que mandó hace un mes y medio la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) a las autoridades energéticas cayó como una bomba, pero no provocó acciones de inmediato.
«El presidente Javier Milei debería contarle la verdad a la sociedad: se vienen cortes de luz importantes en el verano y habrá que aguantar, así como avisó el año pasado que íbamos a atravesar una recesión. Hacen falta inversiones por 10.000 millones de dólares para que esta situación cambie, pero en el corto plazo es irreversible y solo podemos minimizar estos riesgos», contó una importante fuente del sector a Clarín, bajo reserva de nombre.
El informe técnico oficial de Cammesa data de fines de junio y advierte que hay un 19% de probabilidades de que no se pueda abastecer la demanda de energía en el pico de consumo de verano, entre la última semana de febrero y los primeros días de marzo.
Solo llevando al máximo de importaciones que permite la logística (3.000 megavatios -MW-), y que podría no estar disponible del todo, se minimizarían los riesgos de tener que acudir a cortes de luz programados.
Por ende, algunas alternativas que maneja el Gobierno son:
- Acelerar los aumentos de tarifas y quita de subsidios para atenuar la demanda de energía a través de un incentivo de precios.
- Postergar la extensión de la vida útil de la central nuclear Atucha I -programada para dejar de operar el 29 de septiembre- al menos hasta abril 2025.
Interna en el Gobierno
La interna entre Caputo y Rodríguez Chirillo lleva varios meses y tuvo un último capítulo a principios de julio, cuando el ministro designó como «viceministro» coordinador de Energía y Minería a Daniel González, que es valorado y tiene una gran relación con las empresas del sector, sobre todo después de su paso como director Ejecutivo del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).
González, ex CEO de YPF durante la presidencia de Mauricio Macri, todavía no fue designado oficialmente, aunque ya se mueve como si estuviera en funciones y acompañó a Milei a Vaca Muerta. La agenda del Gobierno lo presentó como «secretario de Recursos Naturales«.
No obstante, donde mejor se manifiesta este desgaste es en el funcionamiento de Cammesa. El ministro de Economía desconfía de la gestión del secretario de Energía, a quien tiene bajo su mando, y le bloqueó designaciones en la subsecretaría de Energía Eléctrica y en Cammesa.
Rodríguez Chirillo había nombrado en enero a Héctor Sergio Falzone como subsecretario de Energía Eléctrica y lo tuvo que reemplazar en marzo por Damián Sanfilippo.
Luego lo quiso nombrar a Falzone como vicepresidente de Cammesa para ordenar la desregulación del mercado, pero Caputo se impuso y lo designó a Mario Cairella, quien volvió para tener una revancha personal, después de que fuera apuntado como el responsable del mega apagón del Día del Padre, el 16 de junio de 2019.
Sin embargo, Chirillo se quedó con la gerencia general de Cammesa mediante Jorge Garavaglia.
Las demoras en terminar de ordenar el mercado eléctrico provocaron roces entre Caputo y Chirillo. Mientras el ministro tiene la prioridad de bajar los subsidios a la energía, el secretario avanzó primero con la recomposición de las tarifas reguladas de las distribuidoras.
Por eso, cerca de Caputo hay quienes miran de reojo a Chirillo y su mentor, Carlos Bastos, por la vieja relación que tienen con José Luis Manzano, dueño de Edenor y con participación en las acciones de Metrogas.
El aumento de tarifas de las distribuidoras eléctricas fue en febrero y para las de gas, en abril, mientras que la quita de los subsidios tomó velocidad recién en junio. «Les arreglamos el negocio«, cuentan en los despachos oficiales, lo que es negado en el entorno tanto de Chirillo como de Manzano.
Vale advertir, igualmente, que la recomposición de los ingresos de las empresas también era necesaria para que las distribuidoras volvieran a pagarle las compras de electricidad a Cammesa, de las que, si no, se hubiera tenido que hacer cargo el Tesoro con subsidios para cubrir esa deuda.
NE