Las pymes avanzan con un proyecto de ley para el sector que prevén discutir una vez aprobada la Ley Bases, para así reemplazar la normativa vigente que, argumentan, quedó obsoleta y no se cumple, en medio de la alta presión tributaria y falta de incentivos a la industria.
Aunque la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) diseñaron sus propias iniciativas, ya se encuentran trabajando de forma conjunta con el Gobierno. Esperan que prospere una propuesta unificada e ingrese al recinto formalmente entre julio y agosto.
Marcos Ayerra, secretario de Mypyme, Emprendedores y Economía del Conocimiento de la Nación, encabeza los encuentros con los representantes de las entidades, quienes, a su vez, ya iniciaron contactos con los bloques de legisladores y los presidentes de las comisiones Pyme y Comercio de Diputados.
Golpeado por la recesión, el sector busca revitalizarse con la simplificación de regulaciones, la reducción de impuestos, el estímulo al consumo y la adecuación de las relaciones laborales para mejorar su competitividad y eficiencia operativa.
Los proyectos
Al quedar fuera de los beneficios del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), la UIA pide un “mini RIGI” para desembolsos menores a US$ 200 millones. El “régimen de incentivo a la inversión pyme industrial” es uno de los seis ejes de su propuesta, con amortización acelerada en el Impuesto a las Ganancias para proyectos a dos años (similar al RIGI), deducción de intereses sobre el capital propio y devolución anticipada del IVA de la inversión.
Además, plantea la simplificación tributaria –con la exclusión de ser agente de retención de IVA y Ganancias y la posibilidad de tomar Impuestos a los Débitos y Créditos a cuenta de todos los impuestos (incluyendo IVA y Seguridad Social, no solo Ganancias)– y la actualización automática de los parámetros de categorización mypyme con un índice público, acorde a cada rama de actividad, con al menos una actualización anual y mayor frecuencia en período de alta nominalidad (una inflación mayor al 50%).
También busca el fomento a la internacionalización –con eximición de derechos de exportación y aumentos de reintegros– y financiamiento con líneas e instrumentos para desembolsos a cinco y 10 años, amortización acorde al flujo de retorno de la inversión e incentivos fiscales para que grandes empresas canalicen liquidez a través de la demanda de instrumentos pyme en el mercado de capitales (obligaciones negociables, acciones y fondos comunes de inversión abiertos).
Por último, el sexto punto insta a la creación de nuevas empresas con trámites digitales simplificados, con inscripción automática en las sedes provinciales de la Inspección General de Justicia (IGJ) y la habilitación de libros online para evitar duplicados.
Por su parte, el borrador del “Programa de fortalecimiento del desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas” de CAME comparte aspectos del proyecto de la central fabril y sugiere fomentar la creación de empleo de calidad, promover la formalización del entramado con un mapa nacional productivo que atienda a toda la cadena, acelerar el desarrollo de inversiones productivas e impulsar las exportaciones.
En relación al “Mini RIGI”, el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, dijo que “se busca contemplar inversiones de niveles menores para no dejar afuera a las pymes”. En tanto, Fabián Castillo, vicepresidente de CAME, apuntó que hay temas transversales a todos los sectores, pero “hay que ver las particularidades de cada uno” y “trazar una diferenciación fiscal” entre las mypymes.
Radiografía de la industria pyme
En mayo, la actividad pyme cayó un 19% interanual y registró la peor baja en tres meses, según el Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME en base a 414 empresas del país. La retracción acumula un 19,1% en los primeros cinco meses del año frente a enero-mayo de 2023 y la capacidad instalada llega al 70,3%.
De acuerdo a la Confederación, los mayores desafíos para los empresarios son la falta de ventas (45,1%) y los altos costos de producción y logística (32,8%), obstáculos para el crecimiento en un contexto en el que se mantienen estables los precios de los insumos, pero aumentan los de la energía y el transporte en un escenario de baja demanda. En consecuencia, el 34,4% achicó gastos operativos y un 19,9% redujo horas de trabajo.
En ese sentido, el 24% recortó su dotación de empleados y un 53,2% tuvo retrasos en los pagos, según el Centro de Estudios de la UIA. De acuerdo a este sondeo, al 54% de las pymes les bajó la producción con una caída de las ventas en el mercado interno y externo, mientras que solo un 11% registró una suba. Entre los sectores más afectados se encuentran confección, cuero, calzado y fabricación de papel, cartón y madera.