El State Farm Stadium de Glendale, Arizona, fue escenario este domingo de uno de los funerales más multitudinarios y emblemáticos de la política de EE.UU. reciente: la despedida de Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA y referente conservador, asesinado el pasado 10 de septiembre. Hubo más de 70.000 personas, incluidos Donald Trump, JD Vance, Marco Rubio y Robert F. Kennedy Jr.
Visiblemente emocionada, Erika Kirk, la joven viuda de Charlie, se quebró al dar un mensaje de perdón para el asesino de su esposo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Ese hombre… Lo perdono”, dijo desde el atril, haciendo alusión a Tyler Robinson, el joven de Utah detenido como principal sospechoso por el crimen.
A lo largo de su discurso resaltó los principios que guiaron a Charlie en vida y el deseo permanente del activista por acercar a los jóvenes a la fe y a las oportunidades futuras: “Charlie quería salvar a jóvenes como el que le quitó la vida. Lo perdono, porque es lo que Charlie haría”.
La respuesta de los presentes fue un silencio respetuoso primero, seguido por una ovación y lágrimas de muchos que encontraron en el gesto de Erika un llamado genuino a la reconciliación en medio de tiempos de profunda polarización social.
Durante la ceremonia, Erika Kirk también agradeció a quienes apoyaron a su familia tras el asesinato de su esposo: “Agradezco a todos los que oraron y pelearon por Charlie. Predicó el amor, el perdón y la misericordia de Dios”.
En ese mismo marco, anunció que asumirá el liderazgo de Turning Point USA, con el compromiso de continuar la misión de su esposo, manteniendo el legado de movilizar a las nuevas generaciones hacia la participación cívica y los valores de la fe familiar.
Durante el funeral de Charlie Kirk, el presidente Donald Trump lo describió como un “mártir por la libertad americana” y enmarcó su asesinato como un ataque directo a toda la nación. En un discurso cargado de simbolismo, el mandatario afirmó que, aunque el arma apuntaba al activista, “la bala nos apuntaba a todos”. Le atribuyó a Kirk un papel fundamental en su victoria electoral de 2024 y aseguró que su muerte lo había vuelto “inmortal”.
Sin embargo, el momento más duro de su intervención llegó cuando reveló su principal desacuerdo con el joven conservador. “Él no odiaba a sus oponentes; quería lo mejor para ellos, pero ahí es donde yo discrepaba con Charlie. Yo odio a mi oponente”, afirmó el presidente en una declaración que fue interpretada como una amenaza directa.
Además, Trump envió un mensaje a la “izquierda radical”, argumentando que si se califica el discurso como violencia, “algunos concluirán que la violencia está justificada para detener el discurso”.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.