Eduardo Bocco y Orestes Lucero
En la sesión que rechazó el veto presidencial al presupuesto universitario, Gabriela Brouwer de Koning sostuvo que el Gobierno solo aplicó “motosierra y vetos” y defendió la educación como inversión clave para el futuro del país. En diálogo con Punto y Aparte, Punto a Punto Radio (90.7), la diputada radical explicó que el ajuste sobre las universidades consolida dos años de deterioro salarial docente y remarcó que “la única forma de resolverlo es dialogando”.
— Fue una jornada importante en el Congreso: lograron una mayoría contundente que significó un golpe al Gobierno nacional. ¿Cómo la viviste?
— Ayer volvimos a vivir lo del año pasado: el Congreso dio una respuesta a una demanda social que es el presupuesto universitario. Después de un año, nueve meses y ocho días de gestión, las únicas recetas que vimos fueron motosierra, vetos y generación de tensiones. Eso no está dando resultados; la gente sigue reclamando porque no hay soluciones concretas. La ley del Congreso salió airosa, sí, pero a mí me hubiese gustado que el Gobierno lo resolviera de otra manera: sentándose a dialogar con rectores y docentes, y frente a las universidades, a charlar, a controlar. Plantean que las universidades son “cajas oscuras”, que no se controlan; bueno, empecemos a proponer ideas para que ese control exista. Hoy no hay nada. Necesitamos gestión y que los problemas se solucionen, y la única forma es hablando. Por un lado, estoy contenta porque le dimos una respuesta a las universidades; pero me hubiese gustado que esto no llegara hasta donde llegó: dos años consecutivos con docentes cobrando 40% por debajo de la inflación, con sueldos paupérrimos.
Giordano pide una «regla automática y transparente”para las cajas previsionales
— Hablamos con el rector Jhon Boretto, y nos decía precisamente eso.
— La educación es lo que saca adelante al país. Es oportunidad y sueño para los jóvenes: que consigan trabajo, que puedan desarrollar una empresa, y eso beneficia al país. Está demostrado que la tasa de retorno cuando el Estado invierte en educación es del 10 al 15%, superior a cualquier otro proyecto. La plata le vuelve al Estado, recupera 10 o 15 veces más de lo que pone. Es una inversión. Si hay problemas, hay que solucionarlos, pero no de la forma en que lo plantea el Gobierno. El lunes, cuando el Presidente anunció en cadena nacional los lineamientos del Presupuesto 2026, habló de aumentos para las universidades. Pensé: “escucha a la gente, está flexibilizando su posición”. Al cotejar los números, lamentablemente, vi que no era así: consolidaba el ajuste que vienen sufriendo las universidades públicas. Ante esa realidad, votamos a favor de nuestra ley para llevar una solución concreta al sistema educativo.
Mestre, Milei y el futuro del radicalismo en Córdoba
— Yendo a Córdoba: con tu historia radical, ¿vas a apoyar la lista de Ramón Mestre?
— Mi corazoncito es radical, vengo de cuna. Mi abuelo militó y defendió las banderas del radicalismo. Mi padre fue intendente de Río Tercero y legislador provincial. Una, de chica, va viendo esa actitud de servicio: cómo se desvivía por conseguir un remedio para quien lo necesitaba, por ayudar a ese nenito que caía un domingo a la noche y cuyos padres no sabían qué hacer, por conseguir pañales. La vida me llevó por ese camino. Voy a seguir defendiendo los valores del radicalismo, el partido que tanto me dio y que me permite representar a los ciudadanos. Si el candidato es Mestre, es el candidato de mi partido y ahí voy a estar.
— ¿Eso implica trabajar activamente en su campaña?
— Uno dialoga con los afiliados, trata de dar un mensaje a favor del partido. Por supuesto que sí.
Córdoba, con un tercio sin definir y una “sensación de orfandad”, según el encuestador Gastón Toro
— ¿Qué opinás de la estrategia de Javier Milei en Córdoba, con una lista de “desconocidos”?
— Milei irrumpió como outsider, alguien que no venía de la política. Pero cuando empezó a seleccionar su gabinete, incorporó a muchas personas que él mismo llama “la casta”: los Menem, Scioli, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que fue parte de los K. En el caso de las listas, quiere mostrar personas no allegadas a la política, pero les pide que no tengan pensamiento propio, que levanten la mano y hagan todo lo que el Gobierno quiere.
Cualquier persona puede ser parte de una lista: tiene legitimidad, y la democracia da esas posibilidades. No estoy en contra, al contrario, me parece excelente que haya renovación y que se incorporen caras nuevas. Habrá que ver el desempeño que tengan y será la sociedad cordobesa la que, después, decida cómo apoyarlos o no. Esa es la cuestión de fondo.