Por medio de una publicación de Manuel Adorni, el gobierno anuncia que quitará las retenciones hasta el 31 de octubre.
Buscando la liquidación
El anuncio del Gobierno de eliminar las retenciones a todos los granos hasta el 31 de octubre no se puede leer solo en clave económica. La medida es, sobre todo, una jugada política de corto plazo, diseñada para ganar tiempo y llegar con aire a las elecciones legislativas.
En términos prácticos, busca forzar la liquidación de divisas del agro, sector que tiene en sus silos buena parte de las reservas potenciales del país. La apuesta es clara: reforzar el Banco Central, calmar la presión sobre el dólar y sostener la frágil pax cambiaria en semanas decisivas.
La vieja política busca generar incertidumbre para boicotear el programa de gobierno. Al hacerlo castigan a los argentinos: no lo vamos a permitir.
Por eso, y con el objetivo de generar mayor oferta de dólares durante este período, hasta el 31 de octubre habrá retenciones cero…
— Manuel Adorni (@madorni) September 22, 2025
Sin embargo, el límite temporal —justo hasta después de los comicios— deja en evidencia que no se trata de un plan estructural, sino de un parche electoral. El Gobierno sacrifica recaudación fiscal con la esperanza de obtener a cambio dólares inmediatos y, de paso, tender un guiño a un sector clave en la disputa política.
El riesgo es doble. Por un lado, el alivio puede ser efímero: si la liquidación se concentra en septiembre-octubre, ¿qué pasará en noviembre? Por otro, queda abierta la posibilidad de un boomerang político, si tras las elecciones las retenciones regresan y se percibe que la medida fue puro oportunismo.
En síntesis, más que una señal de reforma profunda, el “retenciones cero” luce como un salvavidas electoral: un recurso desesperado para evitar que el dólar se dispare y que la crisis económica erosione todavía más la base social del oficialismo antes de que la ciudadanía vaya a las urnas. Una vez más, ante la posibilidad de crisis, quienes se benefician n los mismos de siempre.