Andrea Pietra y por qué el matrimonio puede ser una trampa

Elegida por Adrián Suar, Ricardo Darín y Norma Aleandro, Andrea Pietra es de esas actrices argentinas que pareciera no tener contra. En el país de la grieta, Pietra es un punto de encuentro. En noviembre y después de una espera de casi 8 años (en la que recorrieron España de punta a punta) vuelve con Escenas de la vida conyugal, junto a Darín y bajo la dirección de Aleandro.

Estamos en el barrio del Belgrano. Andrea Pietra espera en un cómodo sillón azulado. En la pared que da a nuestras espaldas y la que cruza un enorme ventanal, se ven afiches gigantes que van desde Los Rolling Stones, hasta The Police y Bruno Mars, pero el centro de la escena lo gana otro cuadro, en el que Pietra está junto a Darín presentando la obra que hacen desde tantas años: Escenas de la vida conyugal.

La historia de amor de Juan y Mariana que retrató de forma tanto hermosa como cruda Ingmar Bergman en 1973, lleva más de 700 funciones en esta nueva versión. Versión que conoció tantos cielos y públicos distintos como los cuadros que adornan la sala, en países como España, Perú, Uruguay y Chile, en los que se y emocionaron más de 600 mil espectadores y ahora se prepara volver a donde todo empezó: la Ciudad de Buenos Aires.

-Después de girar por toda España en casi mil funciones vuelven con Escenas de la vida conyugal a Buenos Aires el 19 de noviembre en el teatro Coliseo.

-¡Si! Súper feliz ¡Nos venimos a Buenos Aires! ¿Cómo no hacerla en casa? Cada vez que la hacemos en España nos llueven personas preguntándonos cuándo la vamos a hacer en la Argentina y ahora volvemos desde 2018, cuando la hicimos en el Maipo a beneficio de la Fundación Sí.

Yo hice esa sola función en Buenos Aires que la vendimos toda a beneficio, y por lo cual algunas personas nos dijeron, «Pero el resto no la pudimos ver». Así que por eso mismo sacamos una semanita de lo que teníamos de España y había un lugar en el Coliseo y nos venimos a hacer unas funciones. Por ahora son 10 que vamos a hacer. Arrancamos el 19 de noviembre y vamos a estar en Buenos Aires hasta entrado diciembre.

-Dijiste por ahora, ¿pueden ser más?

-Es que la verdad que se están vendiendo muchísimo y la gente realmente parece que tenía ganas de verla, porque salió a comprar sus entradas casi de inmediato. Lo que pasa con esta obra es que uno nunca sabe bien cuándo va a terminar, así que estamos abiertos a lo que venga.

Andrea Pietra está casada con el productor Daniel Grinbank. Con él, vio a los Rolling Stones, Madonna y Lady Gaga en Río de Janeiro. Foto: Victoria Gesualdi

Un tema universal

-¿Qué pasa con Escenas…, en España que llena teatros y emociona desde hace tantos años?

-No sé si sé lo que pasa, lo que sé es que es algo para agradecer. Cada vez que vuelvo creo que será la última vez y siempre terminamos regresando. Se acercan nuevas generaciones, o personas que la vieron tres veces. Es un público que nos espera, que la vienen a ver en diferentes situaciones de la vida. Algunos casados, otros separados, o de novios.

Yo la vi en el teatro cuando la hizo Norma Aleandro con Alfredo Alcón. Era bastante piba, y poder hacerla ahora es un sueño del que no me termino de acostumbrar (por suerte). Ayer estábamos con Ricardo repasando letra y decíamos :“Cómo nos gusta esta obra”. Verla escena por escena y ver de lo que está hablando y lo que está contando es una hermosura. Es tan universal lo que se cuenta: la historia de la relación de dos personas a lo largo de la vida, que empatiza con todo el mundo y todos entienden de lo que estamos hablando.

-Y además llevarla por tantos escenarios en 700 funciones.

-Sí, llevarla a tantas ciudades de España. No es lo mismo hacerla en Madrid que en Bilbao. El público vasco es bien distinto. Cosa que también me pasó cuando hice por dos años seguidos Monólogos de la vagina, de Jujuy a Ushuaia. Ver distintos escenarios, en distintos lugares de tu propio país. Bueno, lo mismo pasa en España. Más allá que en algunos lugares se rían más en un momento que en otro, en todos lados la obra llega. Siempre saben de qué estamos hablando y es muy lindo contar eso y que la gente lo reciba.

Calidez y empatía. Lo que transmite Andrea Pietra antes del estreno de «Escenas la vida conyugal» junto a Ricardo Darín. Foto: Victoria Gesualdi

-Después de tantos años y tantos escenarios, no está el riesgo que se convierta en “un día más en la oficina”.

-En ese sentido es clave esto de hacerla y parar dos o tres meses. Porque ese parate te ayuda a volver mucho más profundo todavía. que no quiere decir que tengamos más nivel ahora que en 2019, pero sí la obra es la misma obra pero que se mueve. Muta, vive. Es como me decía Norma Aleandro cuando hacíamos Agosto: “Todos los días voy a hacer la misma función”, porque Norma no se salía de la letra ni de los tiempos, pero siempre hacía algo para que no te agarre distraído. Siempre en algún lugar hacía algo para evitar automatizarse, eso al actor lo mantiene despierto.

O como decía mi maestro, que fue Carlos Gandolfo: “Uno al escenario sale a buscar todo el tiempo. Si uno encontró, ya no es interesante lo que está viendo el público, porque es un actor que encontró algo. Si es un actor buscando y yendo por ese camino y transitando siempre va a ser más interesante”.

Mi compañero del Oscar

-Incluso pienso que ni vos, ni Ricardo son los mismos que en 2019.

-Obvio que no. Nos pasaron muchas cosas en la vida. Los dos tenemos matrimonios largos, estamos, como actores, relacionados con el ser humano, con lo que está pasando, con lo que vamos viviendo. Te pasa cuando tenes un material tan rico y que podés hacerlo muchos años, que hay un momento que Mariana soy yo. En realidad, no soy yo, pero es mía. Como cuando lo hizo Norma y me pasó sus secretos. Y yo la veía y decía “qué lindo que Norma me pase esto” y esos secretos se fuero reconstruyendo en lo que fui agregando.

Además, el privilegio de hacer algo que uno ama, con el actor número uno del país y casi te diría que de España. Porque te juro que a Ricardo lo quieren más que a los actores españoles. Y no solo en España, sino toda la gente de Europa que anda por ahí y lo conocen por sus películas y su trayectoria.

Me gusta mucho lo que el autor cuenta en esta obra. Más o menos que el matrimonio es una trampa, pero lo salva absolutamente el amor entre ellos dos. Me parece lo más valioso, porque lo que es el problema es la institución del matrimonio, digamos, el deber ser, pero el amor está a salvo todo el tiempo.

Andrea Pietra y Ricardo Darín se conocen hace más de 30 años. «Lo conoce todo el mundo y sigue teniendo esa honestidad y esa austeridad que lo hacen único», dice de él.

-Se nota una sinergia muy clara de los dos entre ustedes en el escenario.

-Sin dudas. A Ricardo, yo lo conozco hace más de 30 años, y es el mismo tipo de siempre, al que le ha pasado de todo: Pasó por Hollywood, por Madrid, por todos lados, lo conoce todo el mundo y sigue teniendo esa honestidad y esa austeridad que lo hacen único. Es un compañero amable, respetuoso.

Y lo mejor de todo es que sigue siendo un niño, también eso es lo que tiene Norma: Son como niños que juegan, juegan, juegan, juegan y esto es un juego. La verdad que es un juego. Entonces el juego. cuanto más te lo creés, más me se lo vas a hacer creer al resto.

Y me gusta el rock, el maldito rock

Daniel Grinbank y Andrea Pietra se divierten cuando les toca viajar juntos. «Él es cero cholula», explica la actriz.

-Hablando de “días de oficina y rutinas”, estamos en un lugar lleno de afiches y fotos con los Rolling Stones, Paul McCartney, The Police, entre otros. Y tengo que preguntarte si alguna vez te acostumbraste a compartir la vida con alguien, que en el imaginario colectivo, su día en la oficina es “¿che vienen los Stones o no?”.

(Risas) Sí, lo que pasa es que Daniel (Grinbark) tiene un perfil muy muy bajo con los músicos, no es que es el productor que los trae y les dice: «Hoy hay una cena, entonces vienen a mi casa, vamos un boliche”. Yo ni los veo y él tampoco. Él habla con el manager, por ahí pasa por ahí, yo sé que con los Stones tiene una relación más fluida, pero la verdad que la única vez que cené con alguien así fue con Roger Waters, en Perú, pero por lo general él como que no es un productor cholulo.

Es decir, es un fanático de la música, pero le gusta estar sentado mirando tranqui, porque cuando va a los recitales de lo que trae, está laburando, no lo puede ver y es cero invasivo del artista.

Yo tengo un perfil muy parecido para mí con mis cosas, entonces nunca le dije: «¿Me presentás a este o al otro?” Sí es verdad que por ahí tengo la oportunidad de ver cosas que no ve nadie. O sea, me fui a todos los show de Río de Janeiro en la playa. El primero lo hizo él con los Stones y después vi a Madonna, ahora vi a Lady Gaga, o bueno viajo con él ahora que está haciendo exposiciones. Pero cuando va a ver cosas, la verdad que son viajes re divertidos, porque no es que tengo un marido que labura en un banco, labura haciendo espectáculos y a mí me encanta, por lo cual es divino para mí, para mi hija. Él está apostando por el arte, arriesgando, haciendo cosas, siempre haciendo.

Nadie se salva solo

-Recién decías que no tenés el reconocimiento de Darín en España, pero ahora llegás después del éxito de El Eternauta (también con él), que fue la serie más vista del mundo en Netflix.

-Eso fue increíble, me sorprendió muchísimo y estoy muy contenta. Porque yo tengo muchos trabajos en mi vida, algunos mejores y otros peores y con este parece que me hubiese visto todo el país. Amo esa serie. Estoy preparada para la segunda temporada. Me encantó poder contar esa historia y dar la prueba (el casting) para hacerla, porque si no, no hubiese tenido ni la oportunidad de que me vean.

Pero además el agradecimiento de poder ser parte de algo que tuerce el mundo audiovisual, que es una bisagra en la historia de la ficción argentina, porque aparece toda una tecnología que no teníamos y el poder trabajar con ese director incansable que es Bruno Stagnaro, que siempre está de buen humor y laburando 24/7. Todos decíamos, «Este hombre es de otro planeta, él debe ser uno de los otros”, porque no se cansa nunca, va a la casa y vuelve con más cosas, tiene todo el tiempo la grabación viva, algo que no, me pasó en la vida

Andrea Pietra dice que lo que le gusta de la actuación es jugar. Y que tanto ella, como Darín, como la directora de «Escenas de la vida conyugal» Norma Aleandro siguen jugando. Foto: Victoria Gesualdi

-Otra persona con la que te tocó trabajar mucho y hacer también muchos éxitos fue con Adrián Suar en Polka, ¿se dan cuenta los actores cuando están haciendo algo que va a terminar siendo un éxito?

-En el caso de El Eternauta, claramente yo le tenía mucha fe, sabía que iba a andar bien, porque era algo icónico, que estaba esperando a todo el mundo. Pero no sólo por eso, porque veía quiénes producían, quiénes dirigían y quiénes actuaban, pero más que nada todo lo que iba a abarcar lo que era la ciencia ficción que nosotros no hicimos nunca.

Nosotros siempre estamos acostumbrados a actuar sin tener referencia del otro lado, más que alguien que te hace un aplauso o algo así. Y acá había pantallas, se veía todo el barrio, los vecinos. En la locación real, cuando pasamos al estudio, yo veía que el vecino moría y estábamos todos fascinados. Yo creo que era como medio una cosa de fascinación y de juego con toda la tecnología al servicio nuestro.

-¿Te sorprendió que una historia con tantos giros nacionales funcione tanta afuera?

-Es que yo creo que somos una sociedad muy atractiva. Te digo por qué: primero porque en esto de no tener tanto, o sea, no es porque el país no tenga recursos, sino que tiene mucho de improvisación, de “lo atamos con alambre”, eso nos da un poder de resolución que llama la atención y después de cómo somos nosotros con los vínculos. Eso no existe en ningún lado.

Mirá, se acaba de ir de mi casa una chica alemana que vino de intercambio siete semanas, y que ahora mi hija va a ir para allá, y se fue llorando. Y todos los que vienen se van llorando, quieren quedarse en Argentina. Tenemos una cosa, media desestructurada de cambiar “el plan” en el momento, que a veces es hasta desprolija, que es súper interesante y el que vive en otro tipo de cultura no lo puedo creer, pero le atrae mucho.

Por ejemplo, ¡los japoneses vieron lo del truco y se volvieron locos! El truco, los vecinos, los amigos del barrio, el mate. Eso no existe en muchos lugares del mundo, te diría que en casi ninguno. El cacerolazo, el tránsito, las protestas, las referencias al 2001. Me pareció que lo vieron atractivo, único.

Andrea Pietra, Carla Peterson y Marcelo Subiotto, en una escena de «El Eternauta».

-Y que más allá de lo local tiene un mensaje universal.

-Ni hablar. Más un momento particular del mundo donde no hay empatía para con nadie y la historia habla de que uno no se salva solo, de que la salvación es en equipo. Que no podemos seguir viviendo viendo cómo muere gente, se destrozan, los revientan por el aire, se mueren de hambre, revisan los tachos de basura, cada vez más gente durmiendo en la calle y todos pasamos como si fuera una película. Por eso amo ese mensaje tan fuerte del “héroe colectivo”: no sé si muchos van a cambiar sus decisiones y van a estar más empáticos con el que tienen al lado, pero la verdad que no hay solución posible en el individualismo, es así.

Grieta argentum

-A raíz de lo que contás y de lo que pasó con Homo Argentum con Guillermo Francella pareciera ser un momento en que cada historia poderosa se lleva para un lado o para el otro y cada uno ve lo que tiene ganas de ver, ¿cómo te llevás con eso?

-Es que tienen todos tanta falta de ideas que se agarran de las ideas de los demás,¿no? Porque quieren hacerse propias cosas que fueron de otras personas que las dejaron ahí para que las disfrutemos. Después, que cada uno piense lo que quiera, que cada uno le pegue como quiera, por eso nosotros hacemos nuestro trabajo, ¿no? Hacemos una obra, hacemos un programa de televisión, hacemos un contenido, digamos. Y después, el que lo vea, lo va a ver con el cristal con que lo quiera o pueda ver. Entonces, la verdad, es como que ya cansa, ¿no?

-Vivimos en una época de simplificación del mensaje casi absurdo.

-Vivimos en una época tan de reels, que cada uno hace un recorte de lo que quiere contar de 10 segundos y así dice cualquier cosa. Si agarró la primera frase desacertada de alguien, sin desarrollo, ya te quedaste con eso, y entonces eso es lo que se viraliza. Creo que tendríamos que usar la fuerza de las redes y las nuevas tecnologías para contar todas las cosas buenas que pasan todo el tiempo. Hay muchas para contra y pareciera que no tienen lugar

Ricardo Darín y Andrea Pietra, en «Escenas de la vida conyugal». La obra se verá en noviembre en el Teatro Coliseo. Serían 10 funciones, pero puede haber más.

-¿Hay algo imbatible del teatro? ¿Algo del encuentro que no se puede dar On demand, que lo hace único?

-Totalmente. El teatro es en un lugar que no que va a dejar de existir nunca, porque teatro puedo hacer en este cuarto. nos ponemos dos ahí, acá pongo 10 espectadores, estamos haciendo teatro. Entonces, el teatro es como imbatible. El teatro es poderoso, es la resistencia, ese lugar creativo del actor, donde está el riesgo también. Bueno, yo sé que en el audiovisual también está el riesgo, pero el teatro hasta el aquí y ahora.

Tienen que suceder tantas cosas para que pueda salir una obra de teatro bien, desde que llegue la gente, hasta que los actores estemos bien, que no te haya pasado nada. Si vos pensás la cantidad de inconvenientes que podrían pasar. Es mágico. Suceden muchísimas cosas para que podamos estar en el escenario, salga la obra y termine y haya sucedido ese momento único que se vive en ese mismo momento y lo vivís solo ahí si estás presente.

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