Una mujer de 50 años fue rescatada en Despeñaderos, a 50 km de Córdoba capital, tras ser hallada con signos graves de desnutrición y abandono. Vecinos afirmaron que hacía más de una década que no la veían y pensaban que había muerto. La Justicia investiga si estuvo encerrada durante 20 años y sometida a servidumbre.
El operativo se realizó luego de una denuncia anónima presentada en el Polo de la Mujer, que alertó sobre su cautiverio. Efectivos policiales y personal judicial allanaron la vivienda, donde hallaron a la víctima en estado crítico. La denuncia derivó en una rápida intervención de la fiscalía de Alta Gracia.
El fiscal Alejandro Peralta Otonello indicó que la mujer tenía “aspecto de una persona de 80 años” y presentaba lesiones compatibles con golpes. También reveló que recibía alimento de forma esporádica, lo que habría agravado su cuadro de salud.
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Detenciones e imputaciones
Por el hecho, fueron detenidos su esposo y una de sus hijas, acusados de abandono agravado. Además, otros tres hijos fueron imputados, aunque permanecen en libertad. Todos tienen orden de alejamiento y prohibición de contacto con la víctima.
Los investigadores tratan de determinar el tiempo exacto del sometimiento, aunque las primeras pruebas apuntan a que duró al menos dos décadas. Testimonios indican que la mujer rara vez salía y que la vivienda presentaba condiciones insalubres.
Una vecina dijo que pensaba que la mujer había fallecido, mientras que otro testigo recordó que no la veía desde hacía 10 o 11 años. Pese a ello, en la casa vivía una menor de 11 años, que también está bajo asistencia médica y psicológica.
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Un cuadro médico alarmante
La víctima permanece internada en el hospital de Alta Gracia, bajo atención de un equipo interdisciplinario de médicos, psicólogos y psiquiatras. Su salud física y mental es crítica, y aún no pudo declarar debido a su estado.
Fuentes judiciales señalaron que, debido al abandono, las uñas de sus pies debieron ser cortadas con una amoladora. El hallazgo de la mujer se produjo el 31 de julio, cuando la Policía acudió tras un llamado de un vecino. Peritos buscan pruebas que confirmen las sospechas de servidumbre doméstica y violencia sistemática.
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Vida social de los acusados
Vecinos revelaron que, mientras la mujer permanecía encerrada, el esposo recibía amigos para asados y la hija detenida trabajaba como empleada municipal. “El hombre iba a trabajar, los hijos llevaban una vida normal”, declaró un testigo bajo anonimato.
Otro vecino dijo que, pese a los rumores de encierro, no pensó que la situación fuera tan extrema. “No tengo idea si tenía alguna enfermedad, pero nunca salía”, afirmó.
La causa continúa en instrucción y la Justicia provincial busca determinar el grado de participación de cada imputado. Se esperan pericias médicas, psicológicas y testimonios para avanzar en las imputaciones.