Suiza fue la sede hasta el domingo 6 de julio del campeonato de Maxibaloncesto a nivel mundial, que en su edición número 17 congregó a 400 equipos de básquet de diferentes regiones del planeta. A la competencia se anotó un plantel argentino de adultos de más de 80 años, en su mayoría médicos de gran prestigio. Después de haber quedado en cuarto lugar, una de las médicas que los acompañó en todo el proceso le reveló a LA NACION el secreto que les permite mantenerse atléticos y dispuestos a ir por más.
El ejemplo de los nueve deportistas llenó de orgullo a la comitiva nacional, que además participó con otras categorías más jóvenes, las cuales no tuvieron un desempeño tan asombroso como el de los +80.
El equipo está conformado, en parte, por médicos de distintas disciplinas, a quienes su pasión por el deporte y el bienestar físico los unió para ir por todo a Suiza, bajo el torneo de Maxibaloncesto, que tiene como fin darle un espacio a las personas que superan los 35 años.
La médica cirujana María Teresa Salazar, especialista en Biomecánica aplicada al movimiento y autora del libro Tu cuerpo lo sabe, que acompañó a los argentinos hasta el final del evento, señaló que la edad no es tan importante como estar activo. “Tener una cabeza en movimiento los hizo llevar a un cuerpo en movimiento. Algo que no es estanco”, señaló.
La profesional que estuvo en todo momento, incluso en la etapa de entrenamiento, explicó que su concepto del deporte se vincula con el “jugar”, de encontrarse entre otros equipos y culturas: “Algunos son +85 y el más grande que juega tiene 87″.
Los “Melenas Blancas” -como les dicen-, fueron el equipo de Argentina que más alto quedó en la competencia al posicionarse en el cuarto puesto luego de disputarse un partido complejo contra Alemania.
“Todos son de diferentes provincias y se tuvieron que conformar en poco tiempo. Es muy lindo ver cuando hablan un mismo lenguaje que tiene que ver con el juego y la flexibilidad de pensamiento. Hay que tener en cuenta que el cuerpo también se basa a una manera más flexible, de acuerdo al pensamiento”, indicó la experta.
El equipo de básquet +80 está conformado por personas que siempre practicaron este deporte y que aún lo hacen en sus respectivas ciudades. Salazar destacó que cuando surgió la oportunidad de representar por primera vez al país en una competencia mundial como el Maxibaloncesto dentro de esta categoría, se reunieron en un punto en común y desde allí entrenaron para dar lo mejor en Suiza.
El grupo se conformó por profesionales de la salud, como el Dr. Eduardo Bava, neurocirujano y exintegrante del Hospital Posadas, y el Dr. Ricardo Kohen. Además, participó Mario Sala, Alejandro ‘Puma’ Pirota, Horacio Franeveo, Eduardo Attis y su entrenador, Jorge López Raggi, entre otros.
Salazar aseguró que el secreto del gran estado físico de estos deportistas reside en la comprensión de que no se trata de resistir al paso del tiempo, sino de atravesarlo en movimiento. “De comprender que el cuerpo no es una suma de partes, sino una sola pieza en constante evolución. En ellos, el movimiento es continuidad, es memoria, es identidad, es comprender que la vida es en movimiento”, puntualizó.
Y añadió: “Sus procesos no son lineales. A veces caen, retroceden, se frustran. Pero se levantan y vuelven a intentarlo. Lo notable es que —visto desde afuera— su mecánica vital se parece mucho a la de la infancia: curiosos, insistentes, sensibles. Vuelven a probar, tanto desde lo físico como desde lo emocional».
Sobre el entrenamiento previo, la médica indicó que Los Melenas Blancas aplicaron una preparación más allá de lo técnico: “Trabajamos sobre la reorganización de la postura, el equilibrio, los tiempos respiratorios, la flexibilidad muscular y, sobre todo, sobre el sostén y la coordinación que lleva a pensar en equipo más allá de lo individual”.
La especialista, que acompañó a la categoría +80 en todo el proceso, tanto antes como durante el mundial en Suiza, explicó que si una persona de su misma edad tiene un deseo acérrimo de seguir con sus sueños, debe hacerlo. “Les diría que el movimiento es una invitación a cambiar; y que ese cambio, a cualquier edad, debe ser amable, cuidadoso, sin violencia. Es falso que el cuerpo no pueda mejorar con los años. Siempre puede. Cambia, se adapta, se reorganiza. Con paciencia, con constancia, con respeto”, explicó.
“El movimiento es vida. Y todos tenemos derecho a seguir construyendo esperanza desde el cuerpo. Porque movernos no es solo un asunto físico: es también una forma de estar en el mundo, de pensar, de sentir, de volver a habitarse”, concluyó.
En cada testimonio con LA NACION, el grupo +80 coincidió que su fortaleza reparó siempre en una buena alimentación y en tener un foco claro en la vida, como resumió Bava sobre su secreto para llegar pleno a los 83 años: “Hay que estar siempre en movimiento con el cuerpo y hacer actividad física. Considero y está absolutamente demostrado, la importancia del ejercicio físico y mental”.