El paso de Boca y River por el Mundial de Clubes 2025 no solo estuvo marcado por su temprana eliminación, sino también por una estadística preocupante: entre ambos equipos acumularon la mitad de las expulsiones del certamen. De las diez tarjetas rojas mostradas hasta el cierre de la fase de grupos, cinco fueron para futbolistas del Xeneize y del Millonario.
En el caso de Boca, Ander Herrera y Nicolás Figal fueron los protagonistas de las expulsiones durante el empate 2-2 frente a Benfica. Por el lado del mediocampista español, lesionado en el inicio del partido, fue sancionado estando en el banco de suplentes.
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Mientras que el defensor central, que hace meses no jugaba por una lesión, vio la roja directa tras una dura falta en los minutos finales. Inicialmente ambos recibieron cuatro fechas de suspensión, pero el club apeló y logró reducirlas a dos.
River tampoco se salvó del mal comportamiento en el campo. Kevin Castaño fue expulsado en el segundo encuentro frente a Rayados de Monterrey por doble amonestación al frenar un contragolpe. En el duelo decisivo contra Inter de Milán, Lucas Martínez Quarta fue expulsado por una falta sobre Henrikh Mkhitaryan cuando era el último hombre, y Gonzalo Montiel terminó viendo la roja por exceso verbal con el árbitro tras un cruce caliente entre Marcos Acuña y Denzel Dumfries.
La estadística es aún más llamativa si se la compara con el resto de los equipos del torneo: ninguno superó las dos expulsiones, y solo aparecen en la lista Andrea Belotti (Benfica), Clément Lenglet (Atlético de Madrid), Nicolas Jackson (Chelsea), Raúl Asencio (Real Madrid) y Rico Lewis (Manchester City).
Más allá de la eliminación prematura de ambos equipos argentinos, esta tendencia a la indisciplina dejó una imagen poco positiva de dos clubes acostumbrados a competir al máximo nivel. La intensidad, que suele ser parte del ADN del fútbol sudamericano, se volvió un arma de doble filo. Boca y River jugaron con el cuchillo entre los dientes, pero terminaron cortándose a sí mismos.
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