Mientras los precios se estabilizan, los almaceneros observan un deterioro profundo en el poder adquisitivo de los trabajadores.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con Fernando Savore, vicepresidente de la Federación de Almaceneros bonaerense, quien comentó que, “llevamos ya 50 días sin tener que tocar ningún precio” y agregó que incluso algunos productos han bajado. Sin embargo, el alivio en las góndolas no se traduce en una mejora del consumo.
“El bolsillo del trabajador está muy castigado”, advirtió y explicó que los gastos fijos como luz, gas, internet y transporte están absorbiendo la mayor parte del ingreso familiar. “Son obligaciones que si usted no las paga, se las cortan”, enfatiza.
El aguinaldo no alcanzará para comprar comida
Frente al cobro del medio aguinaldo, Savore fue contundente: “La mayoría lo va a destinar a cubrir la cuota de la tarjeta que está en rojo”. Muchos clientes, dice, ya están usando sus tarjetas de crédito para comprar alimentos, lo que demuestra un límite financiero preocupante.
“Cuando llegan con la tarjeta de crédito a nuestros negocios es porque el bolsillo ya tocó fondo en el banco y en el dinero físico”, describió, y remarcó la gravedad de endeudarse a tasas altísimas en momentos de alta inflación.
El avance de las segundas marcas (o Pymes)
En un escenario de crisis, los consumidores modifican hábitos. Savore observa un corrimiento progresivo: quienes compraban primeras marcas, ahora eligen segundas; y quienes ya consumían segundas, directamente compran menos.
Pero el entrevistado aclaró: “Siempre voy a motivar lo que es la marca Pyme, mal llamada segunda marca”. Destaca que muchas empresas nacionales ofrecen productos de excelente calidad y que “la marca Pyme hoy puede competir de igual a igual”.
“Si la primera marca quiere sostener los precios de marzo, empieza a perder espacio en la góndola”, afirmó. Según su análisis, la anticipación de aumentos por parte de las grandes marcas, ante el fin del cepo en abril, las dejó fuera de competencia en muchos barrios.
Una Argentina en retroceso: del consumo a la supervivencia
El cuadro que pinta Savore es el de una economía estancada en lo peor: ni inflación ni reactivación, sino consumo detenido por falta de ingresos.
Ante la posibilidad de un país dividido entre un 90% de población empobrecida y un 10% rica, el entrevistado prefiere no adelantar opiniones, pero admite que “hay mucho para desarrollar” y que es un tema que debe debatirse.
Desde su lugar en la trinchera comercial, describe una realidad concreta: “Antes, un jubilado venía a comprar medio paquete de fideos. Hoy, esa escena se repite con trabajadores en actividad”. Y cierra con una advertencia: el problema no es solo que los precios no suben, sino que “ya nadie más puede comprar”.