Cuando dos sicarios en moto matan a alguien en Rosario siempre hay más de una historia que contar, más de un personaje a describir, más de un móvil a evaluar. Esto es lo que pasa hace más de una década y esto es lo que pasa ahora tras el asesinato de Juan Domingo «Chicha» Ferreya (45) baleado la noche del sábado pasado en su casa de la calle Ameghino, en Rosario.
Hipótesis hay más de una pero –tanto se trate de este nuevo crimen como de otras muertes violentas ocurridas en el ultimo año– el nombre que más resuena es el de Santino Alvarado (20) hijo del capo Esteban Lindor Alvarado (46), actualmente preso en el Pabellón de Alto Riesgo de Ezeiza. Aislado, pero igualmente poderoso.
A Santino lo bautizaron así por el hijo primogénito de Don Corleone, el mítico personaje de El Padrino del que su padre es fanático. El propio Alvarado se lo contó a Clarín en una entrevista realizada en la cárcel. Su otro hijo, el más chico, se llama Vito. Santino tenía un destino marcado y todo parece indicar que lo está cumpliendo. Y uno de los frentes en los que su mano es más visible es el de la barrabrava de Rosario Central.
Desde el crimen del histórico líder canalla, Andrés «Pillín» Bracamonte (53) en noviembre de 2024 las balaceras y crímenes sicariales se vienen repitiendo en Rosario. El pasado 29 de marzo fue asesinado Ariel «El Guli» Bovio (48) en la puerta de su casa. La causa quedó a cargo del fiscal de Homicidios Luis Schiappa Pietra, gran conocedor de la guerra narco rosarina. A Schiappa Pietra también le toca investigar el crimen de «Chicha» Ferreyra. Todo parece relacionado.
Para empezar los asesinos de «Chicha» llegaron en moto y no gritaron su nombre sino el de su hermano Emanuel «El Gordo» Ferreyra, él era el verdadero objetivo del ataque. El destino quiso que el quien se asomara al ventana fuera «Chicha» pero quedó claro que la ligó de rebote.
Tanto «Ema» como «Chicha» crecieron en Rosario con dos filiaciones reconocidas. Por un lado su pertenencia al sector de la barrabrava de Rosario Central que lideraba Bracamonte, asesinado junto a su mano derecha Ricardo «La Rana «Attardo. Por otro su afinidad con la banda de «Los Monos» comandada por Ariel «Guille» Cantero (36).
Los vínculos de «Ema» Ferreyra con los Cantero quedaron claros cuando fue detenido en 2013 por el juez Juan Carlos Vienna en la misma casa de la calle Ameghino a la que, el sábado pasado, llegaron los sicarios que mataron a su hermano «Chicha». Vienna –que llevó la primera gran causa contra «Los Monos»– lo acusó de proveerle armamento al clan y vender droga, aunque finalmente quedó con falta de mérito.
Por lo que había ido a la cárcel «El Gordo» Ferreyra fue por matar de un balazo a un nene en Villa Gobernador Gálvez en marzo de 2002. Nahuel, de tres años, estaba jugando en la casa de sus primos cuando una bala le dio de lleno en la cabeza. La bala salió de la Magnum 357 de Ferreyra que había ido al barrio con una patota a matar a un ladrón. Por el crimen de Nahuel le dieron 14 años de prisión.
De los hermanos Ferreyra claramente Emanuel era quien tenia mas exposición, por su pasado en Los Monos y porque era del sector a desbancar en la hinchada de Central. Era él y no «Chicha» quien tenía mas presencia en la cancha. También era el el de más vínculo con «los viejos Monos», como se le dice a la estructura original de la banda de los Cantero, hoy dividida en bandas más chicas y enfrentadas entre sí.
Los Alvarado
Como los sicarios gritaron «Ema, Ema» al llegar a la casa de la calle Ameghino se sabe que el objetivo era él. Ahora ¿el objetivo de quién? Puesto a hacer esta pregunta todas las fuentes apuntan a Esteban Alvarado, el líder narco enemigo declarado de Los Monos, en sociedad con la banda de «Los Menores».
Alvarado está preso e incomunicado pero hace meses que su hijo Santino (20) volvió de España a Rosario y cada vez es más fuerte. Alvarado lo había mandado a Marbella mitad por negocios mitad para protegerlo porque escuchó rumores de que Los Monos lo querían secuestrar.
Santino es muy joven, pero está pisando fuerte. Él sería el verdadero poder detrás de Lautaro Ghiselli, (31, alias «Laucha»), coronado nuevo jefe de la barrabrava de Rosario Central el pasado enero.
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Esteban Lindor Alvarado: «Yo compré un plan de fuga. Si hubiera podido, me iba a la mierda».
La alianza de Santino, dicen, es con «Los Menores» una banda emergente en un contexto en el que todos los grandes capos están presos y aislados. Las bases de la banda responden a Lisandro Damián Contreras ( 33, alias «Limón» detenido en diciembre) y al aún prófugo Matías Gazzani (28). Estos a su vez suelen trabajar para Leandro «Gordo» Vilches (38) y Pablo Camino (29), dos pesos pesados (ahora presos) que supieron formar parte de la red de «Los Monos» pero hace tiempo buscan imponerse como los tipos más fuertes de Rosario.
Si este es el mapa de violencia que se está armando, el puntapié inicial habría sido el crimen de «El Gordo» Samu ocurrido el martes 1 de octubre: poco antes de la medianoche, dos motos esperaron a Samuel Miqueas Medina (25) en Dr. José María Fernández y Colectora Juan Pablo II, en Rosario. Allí lo emboscaron y lo mataron de 16 balazos. «Samu» era aliado de Pillín en Rosario Central y también cuñado de Guille Cantero.
Ese «dos por uno» parece replicarse ahora en el crimen de «Chicha» Ferreyra.
MG