Algunos se paseaban con valijas y mochilas, otros con bolsos deportivos. La escena que evocaba el movimiento turístico de los aeropuertos ocurrió esta semana en las sucursales de los bancos, en donde los clientes bajaban de los autos con hasta cuatro piezas de equipaje cargadas de billetes para blanquear. Esa demanda inédita, que saturó cajeros y complicó a las entidades, motivó la prórroga de la primera etapa hasta el 1 de noviembre.
El furor por ingresar al régimen sin pagar la multa se reflejó en el batacazo que pegaron los depósitos privados en dólares, con la apertura de 120.000 cuentas CERA que sumaron entre US$ 7.000 y US$ 12.000 millones en pesos y dólares desde la reglamentación de la medida a mediados de julio, según estiman varios bancos y economistas. De esa manera, las colocaciones acumulan un récord de US$ 25.700 millones.
«Estamos viendo un repunte de los depósitos en dólares en los bancos por el blanqueo. Para la contabilidad de las reservas suman, no son dólares genuinos que compra el Banco Central para robustecer la hoja de balance y tener más herramientas para atender eventuales shocks externos, pero habla de la confianza. Si se exteriorizan entre US$ 15.000 y 20.000 millones sería muy bueno», dijo Diego Martínez Burzaco, CEO de Inviu.
El incremento no solo excede ampliamente los US$ 5.000 millones que esperaban los analistas al inicio del blanqueo, sino que ya supera los US$ 7.700 millones que ingresaron con Mauricio Macri en 2016, cuando se exteriorizaron US$ 116.000 millones. «El flujo de ingreso está siendo tan masivo en tan poco tiempo que es algo inédito. Ni siquiera en el blanqueo de Macri entraban depósitos a esta velocidad», señaló PPI.
El blanqueo está logrando así que la gente saque «los dólares del colchón», algo que ya había empezado a darse a partir del desahorro para cubrir gastos y pagar impuestos. Pero, según EcoGo, también está extendiendo el «carry trade» -la venta de dólares para invertir en pesos y obtener tasas en esa moneda para luego pasarse al dólar- y disparó una nueva valorización de los activos locales, sobre la base de una brecha cambiaria «intervenida».
La primera etapa del blanqueo tiene el incentivo que quienes blanqueen más de US$ 100.000 pueden evitar la multa del 5% si depositan el dinero hasta fines de 2025 en una cuenta CERA o lo invierten en activos financieros, inmobiliarios o bienes productivos. «Al poder blanquear depósitos en dólares, hay una mayor cantidad de activos que pueden comprar títulos públicos en pesos que pueden hacer tasa en dólares», señaló Rocío Bisang, de EcoGo.
El efecto se sintió sobre acciones, bonos, obligaciones negociables (ON) y fondos comunes de inversión, y estaría contribuyendo a reactivar la demanda de crédito en dólares luego de dos meses y medio de estancamiento. Es que las cuentas CERA funcionan como una caja de ahorro en dólares: desde 2001, los bancos deben encajar el 25% de los depósitos en el Banco Central y el 75% pueden prestarlo al sector exportador que genere dólares.
«Si los depósitos pasan a préstamos en dólares es probable que esos dólares se pasen a pesos y el BCRA puede comprar en un mes con estacionalidad adversa y normalización de importaciones. Ya se vio en marzo/abril que la tasa de devaluación es más atractiva que la tasa en pesos de corto plazo y se endeudan en dólares y cambian por pesos. El objetivo no es recaudatorio sino remonetizar en dólares la economía», dijo el economista Amilcar Collante.
El blanqueo empezó a alentar un aumento de la liquidez del Banco Central -aunque no impactará en las reservas netas- y también aportaría una mayor recaudación por el pago del impuesto especial. «Lo primero estaría comenzando a manifestarse lentamente. El fuerte salto de las reservas brutas de los últimos dos días (US$ 896 millones el martes y US$ 595 millones ayer) se explicaría mayormente por un incremento de los encajes», informó PPI.
La contracara de la afluencia de dólares es lo que EcoGo califica como el «efecto pobreza» en los argentinos que tienen sus ahorros en dólares guardados en cajas de seguridad y, además, necesitan gastar más dólares cada mes para llegar a fin de mes con ingresos que son insuficientes. «¿Qué mejor manera de incentivar la participación en una amnistía fiscal que no solo no impone sanciones, sino que también garantiza un tapón fiscal?», advirtió.
El tapón permite que quienes blanqueen no serán investigados por AFIP. El organismo sigue enviando masivamente cartas a los contribuyentes «invitándolos» al blanqueo y la moratoria. Muchos se apresuraron a ingresar a sabiendas de que el lunes llegan los datos de las cuentas de argentinos en Estados Unidos. Para el gobierno, la prueba de fuego será el martes: ese día se verá si quienes ya ingresaron mantienen los depósitos o vuelven al colchón.
SN