ROMA.- Defender la unidad, defender el trabajo -que hace a la dignidad de la persona-, defender la justicia social y la igualdad de género y reivindicar el rol de las mujeres. Fue ese el mensaje que Francisco le dejó este lunes a una delegación de la Confederación General del Trabajo (CGT), encabezada por Héctor Daer, que recibió en una audiencia de 35 minutos en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano. Durante el encuentro, el grupo de sindicalistas volvió a decirle al Papa que estaban esperando su demorado viaje a la madre patria y, como indicó el viernes pasado en la conferencia de prensa en el avión de regreso a Singapur, el Papa reiteró que tiene intención de viajar, sin dar precisiones.
Al margen de Héctor Daer, participaron del encuentro, el primero de este tipo, según destacaron, otros doce dirigentes sindicales: su hermano, Rodolfo Daer (Alimentación), Pablo Moyano (Camioneros), Gerardo Martínez (UOCRA), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Jorge Sola (Seguros), Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Maia Volcovinsky (UEJN), Cristian Jeronimo (Empleados del Vidrio), Marina Jaureguiberry (SADOP), Argentino Geneiro (Gastronómicos) y Alejandro Gramajo (UTEP).
Al salir del encuentro, poco antes del mediodía local, todos de traje oscuro, pero sin corbata, los dirigentes se mostraron más que satisfechos de una reunión que fue la primera de este tipo, institucional, con la CGT unida y en la que, según aseguraron, no se profundizó sobre la difícil coyuntura política, ni hubo críticas al Gobierno libertario de Javier Milei. “No entramos en temas íntimos de la situación argentina en términos de Gobierno, sí por supuesto hablamos de este discurso de multiplicación de ganancias en desmedro de un discurso de construcción solidaria para las sociedades”, aseguró Daer, que ofició de vocero del grupo, ante una consulta de LA NACION. “No nos metimos en los temas partidarios de la política”, agregó, al precisar, ante otra consulta, que no habían visto anoche el discurso de Milei por el presupuesto. “No, no, estábamos durmiendo…”.
Los sindicalistas dijeron que tampoco se habló sobre la audiencia que, según se informó, tendrá la ministra de capital humano, Sandra Pettovello, con el Papa en las próximas horas: “De eso nos enteramos estando acá”.
“El resumen es el recibimiento del Santo Padre, alegrándose de la muestra de unidad de la CGT -estábamos todos los sectores y habíamos incorporado en nuestra delegación a los compañeros de la Economía Popular, el secretario general de la UTEP-, y el planteo de fondo fue marcar un camino de la defensa de la dignidad del trabajo, como eje de conducta social, de dignidad humana y por supuesto [el Papa] nos exhortó a defender esta cuestión y a defender la justicia social como instrumento de equilibrio de las sociedades modernas”, contó Daer.
“Hablamos del mundo, observó que las convulsiones del mundo no sólo son nuestra coyuntura, sino que vivimos en un mundo eternamente convulsionado. Se planteó el tema de la organización de los niños, de los jóvenes, a partir de la familia y de profundizar los lazos de comunicación con la comunidad educativa para que no sean carne del narcotráfico”, también describió Daer. “Nosotros por supuesto también le planteamos que en el momento en el que se exacerban las ganancias y se habla tanto de la multiplicación del dinero, la voz de solidaridad es fundamental y sostener los lazos solidarios que son característicos de la Argentina. Él reconoció que nuestro país tiene muchas fortalezas en ese sentido y que también entres las fortalezas la construcción de trabajo, y a partir de esto, los derechos de los trabajadores que también son parte indisoluble de la propia relación social que tenemos”, añadió.
Como era de esperar, también se le volvió a pedir al Papa que visite el país, una asignatura pendiente. “Nosotros le dijimos que su presencia es bienvenida, que lo estamos esperando, que creemos que le vendría muy bien a la sociedad argentina, en cuanto a los momentos de crispación que se tienen y demás, la presencia del Santo Padre como armonizadora de este momento”, indicó. “Él dijo que quiere venir a la Argentina, nos dijo que tiene muchas cosas, una reunión de obispos que dura mucho tiempo (el sínodo sobre sinodalidad, en octubre), que tiene un viaje a Bélgica (y Luxemburgo, del 26 al 29 de septiembre), pero que si Dios quiere va a venir a la Argentina, así que para nosotros fue una gran alegría”, ahondó.
Andrés Rodríguez destacó, por su parte, que el Papa también le dedicó bastante atención y palabras a la igualdad de género: “Reivindicó mucho a la mujer como una pieza fundamental; él mismo puso como ejemplo que en varias estructuras, aquí en el Vaticano, tiene a mujeres que son muy eficientes e inteligentes y por lo tanto reconoce el papel de la mujer como imprescindible dentro de una sociedad que trabaje con igualdad de género”. El Pontífice también agradeció haber incluido en la comisión oficial de la CGT a un representante de la Unión de Trabajadores de la Economía popular y destacó su papel en la defensa de los trabajadores informales.
En la audiencia también se habló sobre la reciente maratón a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur, en la que el Papa, de 87 años, mostró una resistencia física impactante y pareció re-energizarse al viajar a las periferias del mundo. “Le preguntamos por su experiencia al encontrarse con distintas culturas, con mucha pobreza y contó que hubo gente que caminó centenares de kilómetros por la selva para estar con él, valoró mucho eso y también vio mucha opulencia en Singapur… Nos dijo que vino reconfortado, que para él fue muy positivo todo esto, que lo fortaleció espiritualmente”, sumó José Luis Lingeri.
El Papa no sólo subrayó “la alegría de recibir a una CGT unificada”, sino que en la delegación hubiera dos mujeres. “Le agradecimos el mensaje que tiene hacia las mujeres, la incorporación que hizo de las mujeres acá en el Vaticano, que según nos dijo, mejoraron las cosas”, apuntó, por su parte, Maia Volcovinsky.
La delegación, formada por trece personas, le entregó al Papa un documento, “Agenda para un nuevo contrato social. Argentina, hacia un país con desarrollo, producción y trabajo”, realizado en abril pasado. “El Papa nos dijo que lo iba a leer y quizás pueda que nos mande una devolución”, dijo Rodríguez. Además, le llevaron al Pontífice diversos regalos: “Cuatro mates, un poncho, unos cuadros, galletitas de limón Havanna”. “El Papa dijo que le íbamos a dejar las tripas verdes”, contó Daer, riendo y reflejando el clima cálido y distendido que hubo en la audiencia con el exarzobispo de Buenos Aires. Si bien habían sido citados a las 8.30 de la mañana, al final la audiencia se demoró y tuvieron que esperar un poco. Pero no importó y todos salieron muy sonrientes y con un rosario con el escudo pontificio en el bolsillo, obsequiado por el Santo Padre.