Boom de remates de maquinaria: una actividad que crece incentivada por la crisis

En un escenario dominado por la caída de las ventas, especialmente en las pymes industriales, viene creciendo una actividad incentivada por la crisis. Se trata de las subastas industriales o el remate de las maquinarias que las pequeñas y medianas empresas no utilizan por la baja de la demanda y deben vender para pagar deudas o simplemente como opción antes de bajar sus persianas.

La secuencia se percibe en el crecimiento de los remates industriales. Adrián Mercado, cuya firma participa del negocio de las subastas, cuenta que hoy la cantidad de llamadas que recibe de empresas dispuestas a vender su capital de trabajo «suman entre 12 y 17 consultas semanales». Y asegura que vienen en crecimiento desde enero, «cuando promediaban entre dos y tres».

La situación se enmarca en la caída de la actividad: en junio, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) cedió 3,9% respecto del mismo mes del año pasado. Y acumula una merma del 3,2% en el primer semestre.

Esto se refleja en la menor utilización de la capacidad instalada en la industria, el indicador con el que el INDEC mide efectivamente la producción máxima que cada sector puede obtener con sus recursos (máquinas, personal). Este índice se ubicó en 54,5%, en junio, y marcó una caída de 14,1 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2023, cuando alcanzó el 68,6%.

Por su parte, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos, asegura que «un 70% de las empresas no está viendo que de acá a los próximos seis meses la situación mejore. Tenemos un 43% que dice que la situación va a empeorar, un 27% que va a estar igual, y solamente un 29,8% dice que va a mejorar», describe según una encuesta de la entidad.

Según Adrián Mercado, antes las subastas se hacían casi todas por renovación de equipos, pero «hoy el 70% es para cesar en la actividad y el restante 30% es el que está tratando de ver cómo resiste, vendiendo algo de lo que tiene”, precisó.

En cuanto a los rubros que padecen las mayores dificultades, sobresale la obra pública. “Tras la caída de unas 3.500 obras en ejecución, de las cuales solo se van a hacer el 20%, los empresarios del sector son los más perjudicados porque además mantienen acreencias del gobierno anterior», dice.

También el rubro metalúrgico se deshace de tornos, balancines y prensas. Y los rubros textil, del calzado, muebles y línea blanca completan la lista de las principales actividades que más padecen la recesión económica reflejada en la baja generalizada del consumo.

Según Mercado, hoy el empresario de la pequeña y mediana empresa «está entre la espada y la pared. Algunos tienen algún resto como para resistir en los meses que vienen por delante y otros no, ven como única salida el remate de sus máquinas y el cierre definitivo de su empresa», dice.

Con todo, según explica, no se vende la totalidad de las maquinarias que salen a remate. Estas, a su vez, son compradas por pymes que tienen más recursos y aprovechan el cambio de ciclo o por bolseros o revendedores que después las ofrecen a un precio mayor en cuotas.

NE

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