La ex primera dama brindó detalles de su vida junto a Alberto Fernández y cómo fue el vínculo después de su separación. Los mensajes sobre las infidelidades del expresidente y las amenazas de quitarse la vida.
Manipulación psicológica, golpes y encierro. Así describe Fabiola Yañez la tormentosa relación que vivió junto a Alberto Fernández. En la última semana, la ex primera dama presentó la denuncia contra el expresidente por “violencia física y mental”, y ahora es tiempo de que se cuente su verdad.
Los hechos se dividen en dos momentos. Después del primer moretón, Fabiola le hace saber que se quiere separar y que se quiere ir de la Quinta de Olivos porque ya no podía tolerar su agresividad. “Hasta que yo no te diga, vos no te vas”, fue la respuesta del ex jefe de Estado.
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Lo peor fue el último año porque fue el tiempo en el que Fernández se “desató” con las mujeres. Como su pareja, ella recibía mensajes que le hacían saber que él cometía actos de infidelidad. “¿Sabés que estuvo con tal?”, “Estuve con tu marido”, “Te mando un video con la que estuvo”, le decían. Incluso, le llegaba la información de situaciones concretas, como las personas que entraban a la Casa Rosada y los lugares que el ex jefe de Estado frecuentaba.
Cuando él llegaba a la noche, Fabiola le pedía explicaciones de las versiones que la gente le mandaba. Él la manipulaba y le decía que solo eran habladurías. “¿No te das cuenta de que todas las mujeres quieren estar en tu lugar? ¿No valoras el lugar que tenés?”, decía Fernández cada vez que recibía una acusación.
El exmandatario le decía que era todo mentira, pero los materiales llegaban al teléfono de Fabiola todo el tiempo. Cuando ella le hacía preguntas, el enojado era él.
“Yo no quiero dormir más con vos”, le dijo ella cuando el maltrato escaló y vinieron los golpes. Fernández le hizo saber que aceptaba su decisión, pero que separarse e irse de la casa no era una opción. Por eso, le ordenó que se instale en la casa de huéspedes de Olivos y que “no se iba a ir de esa casa hasta que él le dijera que es el momento”.
Fabiola accedió y se fue a vivir ahí con su hijo Francisco. Sin embargo, ella aseguró que no tenía intimidad porque él se creía “dueño de todo”.
Este es el punto al cual ella se refiere como “terrorismo psicológico”. Es el momento en el que la ex primera dama toma distancia emocional de él y quiere separarse de absolutamente todo. “Fabiola, me volvés loco”, “Yo me voy a matar y vos vas a ser la responsable”, “Si vos me dejás o te vas con otro, yo me voy a matar”, eran las amenazas que la atormentaban día de por medio.
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Cuando terminó el gobierno de Alberto Fernández, a Yañez le dijeron que le habían sacado un pasaje para que ella se vaya a España con su hijo y su madre. Supuestamente, ese vuelo iba a salir en diez días, pero cuando llegaba el tiempo, le mentían que “el viaje se había cancelado”.
Así la engañaron durante cuatro meses para que nadie sepa puertas afuera de la Quinta de Olivos que ella se quería separar.
Ese período fue un infierno para Fabiola porque no podía tomar decisiones propias, no tenía libertad y no podía ver a sus seres queridos. Ella no era libre de decidir qué hacer. Ella quería separarse, pero no podía siquiera abandonar la residencia presidencial sin viajar en un auto oficial.
A su vez, el ex jefe de Estado no perdía oportunidad para humillarla frente a todos y le hizo creer que por su culpa “había perdido el gobierno”. Fernández se refería a la polémica fiesta de Olivos que se realizó en plena cuarentena.
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Según la versión de Yañez, ese día, después de las 12, empezaba su cumpleaños. Ella estaba con sus amigos en la Quinta y le habían insistido para quedarse a felicitarla cuando llegara la hora. Por eso, Fabiola lo llamó a Alberto para preguntarle si estaba bien que se quedaran y él accedió. “No pasa nada”, le dijo.
La ex primera dama no negó haber sido parte de lo que pasó esa noche. “Me hago cargo y no voy a negar lo que ocurrió, pero que me juzguen por eso. El gobierno no fracasó por mí”, aseguró.